Historia de la tumba de Ciro el Grande
La tumba de los primeros derechos y libertades del hombre es Ciro el Grande, que parece un desfiladero en el Pasargad Llanura. Ciro el Grande nació en tierra de Pars en el año 599 a. C. Su padre, Cambises I, fue uno de los reyes locales de Persia y su madre, Mandana, hija de Astiac, el último rey de Madad. En el año 550 a. C., Ciro estableció el Imperio aqueménida.
El imperio, en su apogeo, se extendió desde el este hasta las orillas del río Sindh y desde el Magreb hasta Grecia y Egipto. En el año 538, Ciro el Grande conquistó Babilonia y fue allí donde se redactó la Declaración de los Derechos Humanos en forma de cilindro de Glenn y se emitió un decreto sobre la libertad y la igualdad. Después de muchos años de esfuerzos por desarrollar el país y establecer la paz y la seguridad, en el año 529 a. C., quedó cegado por el mundo y se instaló en el edificio.
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Ciro fue un líder visionario
Ciro el Grande fue conocido por su visión de futuro y sus ambiciosos objetivos. Imaginó un vasto imperio que respetara la diversidad cultural y religiosa de sus súbditos, lo que daría lugar a una sociedad más inclusiva y tolerante.
Ciro era un rey benévolo
Ciro el Grande fue reconocido por su bondad y generosidad hacia sus súbditos. Implementó políticas que priorizaban el bienestar de su pueblo, como la libertad religiosa, la liberación de presos políticos y el regreso de las comunidades desplazadas a sus países de origen.
Ciro era un rey resiliente
Ciro el Grande enfrentó numerosos desafíos y obstáculos a lo largo de su reinado, pero demostró una resiliencia notable al superarlos. Expandió con éxito su imperio, derrotó a poderosos enemigos y mantuvo la estabilidad y el orden en sus vastos territorios.